Muerte de Mario Bros

Creo que no hablaré de un tema nuevo: la muerte. Solo daré mis opiniones en torno a morir.

Simplemente tengo dos reaciones ante la muerte, una ligada al ritual, y otra al animismo. La primera esta en mi inconciente, tan arraigada, tan viva, que cuando mato un insecto no puedo evitar pedirle permiso para matarlo. Tengo que exponerle mis argumentos para matarlo, esta ¨vista pública¨ la hago lo más cerca posible de futuro cadáver, es íntimo.

Luego procedo a su muerte, esto lo procuro hacer de una forma moderna y ¨humanizada¨; busco un insecticida, efectivo, con un buen olor, ¡claro!, que sienta el aroma al cielo. Nada de morir aplastado. Pero allí no termina la cosa, luego lo llevo a un citio natural, verde, donde su transformación se concrete, si no es así evito su transformación. Así termina todo

La otra reacción es que le concedo vida a todo. A la ropa; como va ser posible que vaya a dejar de usar una prenda, porque no le dare mi energía. O sino cuando estoy jugando un juego de video, ejemplo Pac Man (chingado no puedo poner un ejemplo más reciente, así sabrán mi edad), bueno Mario Bros, por ejemplo, cuando muere Mario me siento tan mal, pero tan mal... que de verdad no se ponen a pensar, de que a lo mejor los personajes de los juegos de video, vienen de una dimensión, paralela a la de nosotros, y cuando empezamos el juego, en ¨la dimensión de los juegos¨ desaparece un Mario, y aparece en nuestro monitor, y lo manipulamos, y como somos torpes e incapaces de sortear una serie de trampas mortales, plantas carnívoras y etc., etc.,...¡por Dios antes de jugar mario Bros, por favor aprendan a jugarlo....!

Y ese es mi proyecto de vida, hacer una academia para concientizar a los futuros jugadores de que los personajes de sus videos juegos tienen real vida. Lo haré, es mi propósito, para tener el dinero ahorro, para hacer el local, y tener todo el inmobiliario, personal, libros...pero los dejo, tengo que trabajar por ese dinero,...y hay muchos celulares de mujeres embarazadas que puedo robar, si se niegan esas perras preñadas mi cola de gallo las penetrará.