martes, 19 de agosto de 2008

Repensando nuestra actitud guerrerista

Aparte de toda una serie de argumentos para optar por la guerra, es general la opinión de que es una actitud absurda. Absurdo por su derramamiento de sangre (tomarlo tanto literalmente como en su sentido figurado), de la roja, rojisima sangre, y también inflamada sangre, que se vierte fuera del cuerpo humano. Y ese nos es el lugar funcional del liquido , su lugar es circulando dentro de cada ser humano, inflamando sus músculos, haciendo estallar cada vaso sanguíneo, calentando a tal punto al cuerpo que obligue al cuerpo al uso del sudor para enfriar la fusión física entre hombre y naturaleza.
No permitamos entonces que el vital líquido desempeñe otra función fuera del cuerpo, si sale que sea para salvar una vida mediante una transfusión. Y en la guerra es donde se rompe esa ánfora depositaria de la sangre, se rompe de mil formas, y es una ánfora recién elaborada, joven.
Es sabido por todos que el costo de la guerra es elevado, sobre todo de seres humanos jóvenes, que forma parte de los llamados soldados rasos, seres en estado productivo, fuertes, en pocas palabras vitales. Y es exactamente los requisitos para entrar a las fuerzas armadas, Marte requiere para sus sacrificios que la humanidad le proporcione su más joven y fuerte sangre. Individuos que además poseen una capacidad mental nada despreciable reduciéndolos a una masa humana con traumas o incapacitada. ¿ Y por qué mandar individuos tan prometedores a la guerra?
Mi propuesta es que se mande sólo a un humano. Que sea un elegido dentro de una nación, que el país se haya encargado de formarlo integralmente, en lo que representa esa colectividad. Que sea un símbolo, que haga acto de presencia en las actividades significativas de la población: fiestas patronales, elecciones de autoridades, fiesta de la independencia, partidos de fútbol de la selección, etc. Eso y más sería nuestro elegido. Además de un tipo joven, con carisma, de porte sano y fuerte conozca lo que es ser salvadoreño. Todo esto para que lo defienda en el campo de batalla: un cuadrilátero.
Que cada país tenga un elegido, y cuando quiera conquistar o invadir una región que resuelvan el conflicto poniendo a boxear a sus elegidos, pero que esta pelea sea hasta que un elegido muera y por lógica habría más dolor en la nación representada, pues vio crecer a su hijo predilecto.
Alguien dirá que esa figura se parece más o menos a la del presidente. Si y no, pero esta figura no va para ser aplicada a los presidentes, aunque sería interesante verlos matándose a golpes.

viernes, 1 de agosto de 2008

La soledad en la soledad de Octavio Paz


Los comentarios que a continuación incluyo en este escrito, son una reseña del ensayo La espiral incluido en el libro Itinerario, de Octavio Paz, publicación del Fondo de Cultura Económica, cuya reimpresión es del año 1994. Este ensayo octaviano se divide en dos partes: cómo y por qué escribí El laberinto de la soledad e Itinerario.
En la parte primera narra y analiza la etapa de donde surgió el sentimiento de separación social que plasma en su libro El laberinto de la soledad, inherente en el mexicano, y que lo acompaña desde el mismo momento de entrar en contacto social, contradictoriamente humano.
La imagen que acompaña a este sentimiento es sencilla pero su arraigamiento es complejo. En niñez vislumbra un recuerdo, como bebé en un ambiente familiar, que le parece seguro, familiar y cotidiano, pero a la vez hostil es “un instante interminable: oírse llorar en medio de la sordera universal”[1] Este sentimiento lo confirmaría cuando se traslada con su madre y padre a Estados Unidos. A la edad de seis años es objeto de la mofa de sus compañeros de escuela, por hacer uso de su lengua natal.
Al regresar e México, siendo adolescente, es discriminado por sus compatriotas tanto por venir de una sociedad anglosajona y por su apariencia caucásica. De estas dos experiencias parte el análisis sobre la historia de México, de donde podemos sacar dos fenómenos:
a) La suspicacia: que es la sospecha que se siente sobre un extraño, sospecha que en este caso se funda sobre una base racial. Algo trama para con el mundo que lo rodea. Para Paz la suspicacia esta emparentada con la malicia, y las dos están bajo la servidumbre de la envidia, y este paquete lo envuelve un ser llamado mexicano, una envoltura psicológica llamada trauma. Esta relación de suspicacia-malicia-envidia sólo nos recuerda el ámbito político, pues es donde se desarrolla y se traslada al plano afectivo nacional, en pocas palabras si lo hacen los políticos, de sacar su tajada, por qué no lo voy hacer yo o mi vecino.
b) Comunión y soledad: es la visión que tiene del proceso histórico mexicano: un romper y volver a unir. La historia es un proceso de rompimiento y volver a unir. El proceso de rompimiento, desunión o soledad se dio mediante una revolución, pero luego de este cambio los actores sociales vuelven a reunificarse a unificarse mediante una proyecto de conjunción social.
En conclusión partió de un sentimiento individual para darnos un teoría social, donde el proceso se percibe como una busqueda donde hay un ritmo entre dos puntos soledad y comunión, la historia es igual a rupturas y uniones: la primera ruptura fue la conquista y la unión la colonización.
Itinerario
Se presentó la historia como un ritmo de soledad y comunión. Este proceso es parte de la modernidad. Para Octavio la modernidad es la única etapa de la historia humana que pone en discrepancia a las ideas y a las creencias, entre la filosofía y la tradición, la ciencia y la fe. En sí misma la modernidad, en su comienzo era un fenómeno colectivo, que luego se interiorizó y se dividió en cada conciencia. Para el autor la modernidad es redundantemente escisión: nuestro tiempo es de la conciencia escindida y el de la conciencia de escisión. Somos almas divididas en una sociedad dividida.
En ninguna etapa anterior a la modernidad hubo una revolución, hubo solamente cambio de creencia, de religión pero no como proyecto filosófico. Las sociedades de oriente y occidente vieron con desconfianza y horror el cambio, veneraron el principio invariable. Las sociedades modernas son las únicas que veneran el cambio. Y de esta sobrevaloración surge la revolución.
Para Paz la revolución es la teoría del cambio, acto que realiza y construye la casa del futuro, propone un programa universal de cambio, además que la universalidad de la revolución no depende la revelación sobrenatural sino de la razón.
Ahora bien, tanto la religión y la revolución comparten un elemento: las dos parten de una ruptura y ambas son respuestas a necesidades psíquicas y existenciales. Ya lo afirmaba Unamuno el marxismo proclama que la religión es el opio de los pueblos, con instauración del marxismo sería un cambio de opio. La revolución es una falsa religión, según el autor, pero creo que no sería falsa sino un adoctrinamiento.
Los primeros pasos
Dentro del ámbito literario, para Paz, revolución y poesía eran parte de la misma pasión . Pero que con el tiempo sería la disparidad entre ideas comunistas y las ideas estéticas y filosóficas. El fenómeno de la modernidad, la escisión, vino a salvar a Paz, pues prácticamente lo salvo del “fanatismo monomaniaco”.
Entre doctas tinieblas
España, en la visión octaviana, era un obstáculo, pero que cambió cuando dejó su etapa monárquica y entró en la republicana, viendo en la figura del partido comunista la apertura hacia el mundo.
Los días en España significaron:
a) Aprendizaje de la fraternidad ante la muerte y la derrota.
b) El encuentro con los orígenes mediterráneos.
c) Los enemigos son también seres humanos.
d) Descubrimiento de la crítica en la esfera moral y política.
e) Descubri que la revolución es hija de la crítica y que la ausencia había matado a la revolución.
Estas enseñanzas se mezclan con días de grandeza, heroísmo y crueldad, ingenuidad y lucidez trágica, obtuso fanatismo y generosidad.
El sendero de los solitarios
La lectura de postguerra que hace el autor, le permite llegar a un razonamiento: la paulatina disfuncionalidad de la teoría marxista. Si el agente principal de la doctrina marxista, el obrero, desaparece entonces el motor que mueve la revolución se detuviera. Después de 1944 las revoluciones previstas en Europa no se dieron .
Paz en otro capitulo de Espiral, hace la diferenciación de los fenómenos que pueden llevar implícito el fenómeno revolucionario pero que no lo son, como la revuelta.
Para empezar el escenario de la revolución son los países europeos e industrializados; para las revueltas son los países periféricos y subdesarrollados. Los dos mantienen el elemento dialéctico, pero con diferentes variables. En la revolución hay lucha de clases; en la revuelta es de naciones (naciones desarrolladas – naciones subdesarrolladas). En la revolución dentro del ámbito económico se da la dialectica entre los que forman parte de los medios de producción y los dueños de la propiedad privada de medios de producción; en la revuelta se da dentro del ámbito histórico y político entre Imperialismo – colonialismo.
Otro rasgo importante de las revueltas es que son efectuadas por pueblos que provienen de culturas antiguas, contra pueblos que abanderan tradiciones occidentales, llámense estadounidense y Europa occidental. Pero en el seno de estos pueblos que impulsan las revueltas hay contradicciones: primero se apropian de términos políticos occidentales: sus elites se educan en sistemas educativos occidentales: y que al mismo tiempo que exaltan sus propias tradiciones ancestrales buscan incluir las occidentales.
Fin y comienzo
En la parte final Octavio analiza a la figura de la democracia, que no lo ve como un proyecto sobre el porvenir, sino como un método de convivencia civilizada.
La democracia exige al individuo convivir con el resto de seres humanos, que dentro de lo colectivo una minoría acepte la voluntad de la mayoría, y que en sociedad defiendan y preserven los derechos de los individuos.
El problema de la democracia es que deja un vacío existencial en los individuos, esto por venir a desplazar a sistemas absolutos, que dieron respuestas al sentido y rumbo de la vida.
Otro punto flaco de el sistema democrático es su oriegen, pues fue concebido por los griegos como un estado estático, y actualmente lo aplicamos a una sociedad adoradora del cambio. Para resolver esta divergencia Paz sugiere una premisa kantiana: trazar un puente entre la reflexión filosófica y el conocimiento científico.
Otros puntos que aportarían son: los aportes de la física y la biología para dar respuestas sobre el origen y desarrollo de la vida y el universo, retomar la tradición inmediata de los sistemas liberal y socialista, retomar las vertientes de la filosofía, política y de las vertientes poéticas y literarias, como los plasmadores de los anhelos y sueños humanos.
Conclusiones
El autor pone el ojo crítico sobre la tendencia de escisión en el ser humano, y sobre todo como centro en donde gravita la modernidad. El ser humano moderno separo creencias de las ideas, la razón de lo espiritual, la conciencia individual de la conciencia colectiva, el ser humano de Dios. Ahora el humano tiene que volver a crear un sistema que propicie a la reunificación que es posible mediante el ritual de los sacramentos y las buenas obras. Así tenemos un universo que esta unido y es bueno, y una parte de él, inconexa, que no funciona y no colabora, que confabula contra el absoluto y contra él mismo, el sentido de la historia actual es que cada fragmento lucha contra el mal que es el humano moderno mismo.

[1] Itinerario.Octavio Paz. Colección Tierra Firme. Fondo de Cultura Económica. Primera reimpresión 1994. México D.F. Pag. 13.